24.5.10

Cuando estoy loca, no es realmente locura lo que me define; es bienestar.




Oye, que estoy segundamente enamorada.
Él ronda los ocho años, y me lo cruzo por la calles muchas tardes, a eso de las seis. Me tiene loquita.
Es delgadito, con unas gafas super grandes y graciosas y, tiene orejas soplillo. Siempre va corriendo hacia el cole con su mochila (más grande que él) botándole a las espaldas.
Es un niño genial. Yo diría que demasiado pequeño para ir solo por la calle, pero... ¡me hace una gracia!
Él no se acuerda, pero yo fui su entrenadora de balonmano (aunque no se nada sobre balonmano) en el colegio, cuando él era aún más pequeñajo. Un día de estos le saludaré, aunque me da vergüenza.

Jajajajajaja, me encanta.

2 comentarios:

Sensaciones que revolotean en mi mente