14.10.12


Es como si ella hubiera vuelto a ganar. Lo ha hecho sola, no ha necesitado nada ni a nadie más.
No hay más culpables, esta vez no hay escusas. Lo ha vuelto a hacer, ella sola. Ha vuelto a entrar sin darse cuenta y ha vuelto a asustarse. Ha perdido el norte, el sentido de la vida y el amor que sentía hacia su propio ser. Ha vuelto a perderse y yo me he quedado sin armas, sin margen de maniobra, sin esperanzas. 
Quería ayudarla, creí que podía hacerlo. Pero no sé, ya no sé.
Es como si fuera un ciclo predeterminado, sin salida, en constante repetición. Como si fuera la esencia de su vida, su destino... directo a la decadencia.
¿Qué la hace tan especial? ¿Tan fuerte, ausente y desquiciada? Tan loca y atrapada.



Fue un momento tan extremadamente sensible que llegué a sentir la química ebullendo en mis tejidos, el impulso nervioso galopando entre neuronas, los pensamientos congelados en el instante.
Una caricia excesivamente dura, como vidrio incandescente, se dejó caer sobre su espalda al tiempo que él escuchaba el silbido de un corazón que moría, o creía morir.
La belleza era tan intensa que dolía, y cortaba... y aunque no nos mató, hizo sangrar nuestra alma.

¿Qué es dañino sino nuestra mente descontrolada? Sacudiendo nuestros sueños, ahogando nuestra disciplina, desconectándonos de la vida para acabar con nuestra persona.


I like October