Entré en el metro, era uno de esos vagones de los que odio, de los de la linea 6... que te puedes pasar 20 minutos bajando escaleras mecánicas y luego el tren es super antiguo y feo.
Eran las nueve menos cinco y yo ya tenía sueño. Estaba pensativa, algo inquieta, pero no asustada. Frente a mi, un chavalito de unos 12 años llevaba un aire un tanto rapero; llevaba una sudadera ancha y tenía las zapatillas comidas de tanto golpearlas contra el suelo y poner uno de sus pies sobre el otro.
Dos asientos a la izquierda del chico, una mujer de unos 50 años me miraba... creo que le caí bien, no me pregunteis por qué; pero me sonreía... quizás le hacían gracia mis medias.
Paró el metro en una estación, entraron dos mujeres extrangeras rubias platino, una de ellas de unos 55 años, la otra... de unos 30. La de 55 iba muy desaliñada, con deportivas y vaqueros de lo más corrientes y un jersey verde. La de 30 era despampanante, una tía "rara". LLevaba unos vaqueros ajustados que brillaban (parecían tener purpurina), unos zapatos verde chillón de charol con tacón de aguja, una camiseta de manga larga que parecía tener un diseño similar a los de Custo Barcelona y un chaleco de pelo rosa, parecía super gustoso. La cara lavada, y los labios rojos. LLevaba en la mano un pedazo de bolsón de Bimba & Lola... y se sentó junto al chaval raperillo. Jajajaja... a mi me hacía gracia la situación. La mujer extravagante sabía que el vagón la estaba mirando... pero ya parecía estar acostumbrada a ello. Yo la miraba, con disimulo y un poco con asombro... la tía parecía ser una mezcla entre Lady Gaga y Cristina Aguilera. Me encanta que la gente vista como les gusta, que se atrevan a ponerse lo que les gusta y que salgan a la calle... y en fín, que se queden tan anchas. ¡Es genial! Yo a veces pienso que la gente también me mira raro por la calle, pero... no sé, ¡me sigue pareciendo genial!
Volviendo al vagón... junto a mi, a mi izquierda... una señora de unos 50 años vestía bastante normal, estilo madre, y entonces algo en ella me llamó la atención. Giré la cabeza ligeramente hacia la izquierda y miré sus manos; sostenían una foto de una señora mayor, bastante más mayor que ella... y ella sonreía. Wow, qué feliz me hizo aquella situación. Debía de ser su madre, alguna tía... o no sé, alguna señora importante para ella; pero se la veía disfrutar mirando la foto. Qué bonito.
El chavalito rapero no hacía más que mirar a Lady gaga, y a mi me parecía curioso que Lady Gaga hablara tanto y tan agusto con la extrangera de 50 años, rubia platino también, que entró con ella en el vagón, y que estaba sentada a su derecha. No sé, me hacía gracia que personas con estilos y edades tan diferentísimas estuvieran tan "compenetradas". La pena es que no entendía nada de lo que decían, nisiquiera se si hablaban en inglés.
En fín, por fín llegué a mi estación y me bajé, pero... no sé, al salir del metro supe que tenía que escribir sobre ese vagón. Un vagón curioso sin duda; pero, me ecantó compartir ese tiempo con esta gente desconocida.
me ha encnatado y la musica tambien!!!!
ResponderEliminarwoaw!!!
;D