Esta soy yo, y... don Din Don tiene un don. Ve las cosas como si hubiese momentos dignos de una fotografía, él los llama
instantes.
Don Din Don vive en mi cabeza, y me impulsa a fotografiar lo que en mis venas siento como arte. Pum pum, pum pum... don Din Don me acelera el corazón, enfada a mis latidos para que cada vez me golpeen el pecho con más fuerza, y así me impulsa a fotografiar, como si de los espíritus animales de Descartes se tratase.
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Sensaciones que revolotean en mi mente