Cuando tocamos a alguien, cuando miramos, o simplemente cuando nos mantenemos en nuestro pensamiento, estamos irradiando energía; energía que se transfiere a otros seres vivos.
Pues bien, a veces tengo la extraña sensación de que si tengo pensamientos tristes o sentimientos de odio, esta energía que transmito no favorecerá a mi entorno. De igual manera, si me esfuerzo por ser optimista e intento ser lo más feliz posible... estaré irradiando buenas vibraciones, la energía que desprenderé será una energía limpia y pura, y por decirlo de alguna forma, estaré en equilibrio con la naturaleza.
En fin, puede parecer una chorrada... puede que lo sea, pero es algo en lo que creo, y me hace sentirme bien.
Puede que haya un Dios, sí, puede; pero ¿y si en vez de un Dios la fuerza que nos da la vida, que nos mantiene es la simple energía que nos forma?
Me explico. Somos energía, todo es energía. La Tierra, el Universo está en continuo equilibrio, en contacto, en continuo flujo.
El pesimismo, la desesperación, el mal, el dolor... son sentimientos que todos estaríamos compartiendo...cada molécula orgánica, cada célula viva, cada ser vivo; la Tierra como conjunto.
Y si además de cambiar nuestra forma de actuar, cambiáramos nuestra forma de ver las cosas, nuetros pensamientos... ¿cambiaríamos el mundo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sensaciones que revolotean en mi mente