Si yo fuera alguien importante y famoso, un artista de renombre, alguien que ha creado verdaderas obras de arte, en pintura, fotografía o literatura, me da lo mismo; nunca querría que los alumnos de colegios o universidades tuvieran que estudiarme. No me gustaría que estudiaran mi biografía, ni mis obras, ni mis fuentes de inspiración. No, no, no... nada de eso.
¿Que por qué digo esto? Dios, estoy hartísima de estudiar a Góngora, Lope de vega, Cervantes, Quevedo, Calderón de la Barca, Sartre, Aristóteles, Ortega y gasset, Unamuno, Tales de Mileto, Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Maquiavelo, Kant, Marx, Heidegger, Popper, Darwin, Pitágoras... y más... muchos más.
Me da pena, porque si no tuviera que estudiarlos tantas veces, probablemente me interesaría más por alguno de ellos; y si yo fuera una artista, me gustaría que me estudiara gente que de verdad se interesase por mi trabajo, que de verdad sientiera auténtico interés y pasión por mis creaciones, que compartiera mi arte y me admirara, pero ¡no querría que me odiasen!
No querría que los chavales me dibujaran gafas y bigote en los libros de arte o literatura; ni que subrallaran mi nombre y obras con fluorescente y se las aprendieran de memoria, con juegos de palabras, para después olvidarlas automáticamente tras el examen.
En fin, dios mío, ¿creeis que me estoy volviendo loca de tanto estudiar? De cualquier modo, si algún día en el futuro hago algo guay; por favor, que no me estudie nadie.
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Sensaciones que revolotean en mi mente