Serían las ocho y media de la tarde, aproximadamente. Las nubes eran alargadas, como baguettes, y parecían flotar en un mar inexistente sobre el edificio de Schweppes de Gran Vía. Eran de un tono rosa pastel por uno de sus extremos y se desgradaban hacia un morado oscuro algo ennegrecido por el otro lado. Fuerza, dulzura y tiniebla, todo a la vez. El cielo, azul pastel y de textura cremosa, pintaba un fondo espectacular en el cuadro.
La gente iba con prisas, hablando, comiendo, haciendo ruido...; yo caminaba con la mirada en el cielo, los pies flotado sobre la acera y mi cerebro resbalando entre mis ideales.
Yo, pastilla efervescente.
"Yo, pastilla efervescente."
ResponderEliminar:)
Sí, tienes talento.