Asomaba a sus ojos una lágrima,
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿por qué callé aquel día?
Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?
Gustavo Adolfo Bécquer
Bécquer siempre con esa superioridad imaginativa, sensitiva, explosiva... Me encanta tu blog Sñrita, te leo desde hace un tiempo, espero que te pases por el mío. Es entrar, escuchar Yann Tiersen y querer quedarse durante horas. www.locurasdeunenamoradoempedernido.blogspot.com un beso =)
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